Lisboa es una ciudad perfecta para pasar unos días con niños. Es acogedora y segura, de clima suave y se puede recorrer fácilmente a pie, además de disponer de numerosas actividades especialmente pensadas para los pequeños, tanto al aire libre como en espacios cerrados.
Para conocer la ciudad, seguro que a toda la familia le gustará un viaje en tranvía con destino al Castillo de San Jorge, para dar un paseo entre almenas y murallas, imaginando historias de valientes caballeros.
Y los parques y jardines de la capital son siempre una opción segura. En el Jardín Zoológico hay elefantes, una aldea de monos, leones, tigres, cocodrilos e, incluso, un espacio con varias especies de reptiles. Se puede asistir a un espectáculo de delfines, a la alimentación de los leones marinos y subir al teleférico.
Otra sugerencia es el Parque de Monsanto. Este verdadero pulmón de la ciudad ofrece diversión para toda la familia, con circuitos pedestres, deportes radicales y varios parques infantiles, como el Parque de los Indios, el Parque de Alvito o el Parque de Serafina. Para gastar energía en los columpios, toboganes y otras diversiones.
En el Parque de las Naciones, en el lado oriental de la ciudad, el Pabellón del Conocimiento es un museo de ciencia bastante divertido e interactivo. Pero el favorito será, sin duda, el Oceanario, en el que se recrean los diferentes océanos del planeta. En esta zona hay varios espacios ajardinados y se pueden alquilar bicicletas o dar un paseo en telecabina.